Dar formato a un disco es el resultado del proceso de preparación (formateado) de un disco duro o de un medio externo para el vaciado del sistema de archivos. Aunque hay dos tipos de formato (el físico y el lógico), habitualmente los usuarios sólo utilizan el lógico.
Formato físico
También llamado de bajo nivel, consiste en colocar marcas en la superficie magnética del disco para dividirlo en sectores físicos, los cuales pueden ser luego referenciados indicando la cabeza lectora , el sector y cilindro que se desea leer. En ordenadores compatibles el sector físico es de 512 bytes desde los tiempos del MS-DOS, aunque luego los sistemas operativos los agrupan en clusters al crear el sistema de archivos.
Formato lógico
El formato lógico o también llamado sistema de archivos, puede ser realizado habitualmente por los usuarios, aunque muchos medios vienen ya formateados de fábrica. El formato lógico implanta un sistema de archivos que asigna sectores a archivos. En los discos duros, para que puedan convivir distintos sistemas de archivos, antes de realizar un formato lógico hay que dividir el disco en particiones; más tarde, cada partición se formatea por separado.
El formateo de una unidad implica la eliminación de los datos, debido a que se cambia la asignación de archivos a sectores, con lo que se pierde la vieja asignación que permitía acceder a los archivos.
Cada sistema operativo tiene unos sistemas de archivos más habituales:
- Windows: FAT, FAT16, FAT32, NTFS, EFS, ExFAT.
- Linux: ext2, ext3, ext4, JFS, ReiserFS, XFS.
- Mac: HFS, HFS+.
- Solaris: UFS, ZFS.
Habitualmente, un formateo completo hace las siguientes cosas:
- Borra toda la información anterior (incluyendo obviamente virus porque son software)
- Establece un sistema para grabar disponiendo qué y dónde se ubicará en el disco.
- Verifica el disco sobre posibles errores físicos o magnéticos que pueda tener.
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