La noticia curiosa de la semana en materia de seguridad habla de la resurrección de las máquinas de escribir por las agencias alemanas y rusas, con el objetivo de proteger los documentos más sensibles del estado.
Una estrategia que nos traslada a las décadas de ‘Guerra fría’ y que viene motivada por las fechorías de la NSA y sus programas ilegales de vigilancia masiva a todo bit que se mueve en Internet.
Programas que trasladaron una desconfianza hacia las grandes tecnológicas y operadoras estadounidenses que fueron utilizadas (por activa o pasiva) para llevar a cabo campañas como PRISM. La vigilancia abarcó todo y a todos, incluyendo el teléfono móvil de la mismísima jefaza europea (Sra. Merkel) provocando un conflicto diplomático entre Estados Unidos y sus socios europeos.
Fue entonces cuando el Parlamento alemán puso en marcha un comité especial para investigar hasta dónde llegaron (y llegan) las actividades de la NSA en Europa.
En una entrevista, el responsable de este comité confirmó que están evaluando resucitar las máquinas de escribir para proteger del espionaje los documentos más sensibles. Ante la capacidad de NSA, las autoridades alemanas explican que la única solución para evitar el ciberespionaje es ‘dejar de usar las computadoras’.
Los alemanes no son los únicos que van a utilizar “equipos de bajo nivel tecnológico” que nos traslada a los tiempos de guerra fría y según el Moscow Times, Rusia adquirió 20 máquinas de escribir el pasado año para proteger las comunicaciones más privadas del gobierno y altos oficiales del Kremlin.
“Cualquier información se puede extraer de las computadoras… Desde el punto de vista de mantener secretos, el método más primitivo es el preferido: una mano humana con un bolígrafo o una máquina de escribir”, explica un parlamentario ruso.
No, si tendremos que desempolvar la máquina de escribir y las toneladas de papel. Curioso.
Saludos.
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