Lance intentó que su compañía bancaria cancelara el pago, pero no podía, ya que sino debería acusar a su hijo de fraude. Como no funcionó, le pidió a Microsoft cancelar la factura (ya que el chico hizo las compras por medio de la Xbox One), y no funcionó, pero, “curiosamente”, la noticia corrió como la pólvora por todos los medios estadounidenses y, cómo no, fue ahí cuando Microsoft reculó y devolvió el dinero al padre del chaval.
En una entrevista para la CBC Lance se mostró “muy contento” con el resultado, “vamos a darles las gracias por haber escogido ese camino“, pero obviamente, aquí el problema no es del chaval, sino de las facilidades que existen para gastar desorbitadas cantidades de dinero dentro de un juego, es muy fácil culpar a un chaval, pero está claro que si esto existe es por que a las compañías les sale muy rentable no poner trabas ni límites, y estamos seguros que muchísimas personas se habrán llevado sorpresas con su factura que no han tenido más remedio que pagar.
vía: TweakTown
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