La toma de audio de 3,5 mm. que lleva casi cualquier dispositivo portátil desde hace décadas podría desaparecer muy pronto y ser sustituida por un conector USB-C. Esta es la propuesta que Intel realizó durante el pasado IDF, con el objetivo de que el nuevo estándar sea más universal y los usuarios puedan beneficiarse del innegable salto técnico que supone. No es el primer intento de desbancar al jack de audio (creado en 1878, en su versión de 6,35 mm. y modernizado en 1960 a la versión más conocida) pero sí uno de los más serios de los últimos años.
En la imágen que acompañan a este texto podéis ver algunos detalles de la presentación que realizó Intel a los desarrolladores en el IDF de Shenzen, explicando con detalle los beneficios de USB-C y mostrando una hoja de ruta con un claro objetivo: la desaparición progresiva del conector de audio que todos conocemos de casi cualquier dispositivo. Hasta ahora, el gran reto técnico era convertir una señal de audio digital (la que produce el dispositivo) en analógica (la que pueden reproducir unos auriculares estándar), que se resuelve incorporando un conversor de señal (DAC) en los auriculares (lo que implica un aumento de precio de los mismos); en cualquier caso, Intel recuerda que en las especificaciones de USB-C se incluye la posibilidad de transmitir audio directamente en analógico.
Las ventajas del salto son importantes; por un lado podríamos disfrutar de auriculares que mejoren el sonido incorporando sistemas de ecualización digital o con cancelación de ruido integrada sin baterías y , por otro, el ancho de banda y la capacidad de proporcionar energía de USB-C plantea un escenario donde unos in-ear podrían incorporar un sensor térmico para obtener datos de nuestra salud, por ejemplo. Además, el conector será más pequeño, dejando más espacio en los smarphones y tablets para baterías y chips.
Los inconvenientes serán los derivados de un cambio traumático desde el punto de vista tecnológico: los usuarios que quieran seguir disfrutando de sus auriculares análogicos tendrán que invertir en un conversor y los que necesiten unos nuevos notarán un incremento en el precio. Los fabricantes que los incluyan de serie también repercutirán este plus en el precio final y, para la mayoría de usuarios, será complicado apreciar el prometido salto de calidad. Intel admite que aumentarán los costes, pero también explican que se irán moderando en cuanto empiece a funcionar la economía de escala.
¿El principio del fin para el jack de audio?
Cuando grandes actores de la industria como Intel, Google o Apple parecen dispuestos a dar un paso el resto de compañías solo pueden seguir el paso; la última versión de Android ya soporta auriculares con DAC y firmas como Samsung, LG, Sony o HTC deberían definir pronto su postura de carga a la próxima generación de smartphones. Puede que Intel sea demasiado optimista con los tiempos, pero desde nuestro punto de vista este camino no tiene vuelta atrás. Bienvenidos a la era del USB-C Digital Audio.Más información | Anandtech
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