Telegram recibió la entrada del nuevo año como mejor sabe: lanzando una nueva versión de su aplicación con muchas novedades. Sin embargo, hay una que las eclipsa a todas: las apps para Android e iOS ya son "editables".
Como dicen en el anuncio oficial, Telegram es la única gran aplicación de mensajería de código abierto. Es decir, de entre las grandes alternativas del segmento, las que acumulan millones de usuarios, Telegram es la única de código abierto. Lo cual le aporta una ventaja importante, ya que el código abierto es el único modelo de desarrollo que ofrece plena transparencia sobre cómo funciona el software, agilizando el descubrimiento de vulnerabilidades fortuitas o forzadas (lo que conocemos como puertas traseras).
Sin embargo, el modelo del código abierto tiene un eslabón débil, y es que entre el código fuente que crea el desarrollador -el susceptible de ser auditado por expertos- y la aplicación que utiliza el usuario final, se pierde la transparencia. A modo de ejemplo, tú puedes confiar en una aplicación porque es de código abierto, pero a menos que la hayas compilado tú mismo para tu sistema, lo que estás usando es un precompilado que en algún momento podría ser modificado antes de su distribución.
En el mundo del código abierto y el software libre hace mucho tiempo que se avanza para conseguir las compilaciones reproducibles, de manera que el usuario pueda comprobar que el software que está ejecutando ha sido compilado de las fuentes sin modificaciones. Pues bien, eso es lo que ha hecho Telegram: permitir la reproducción de la compilación de las apps para Android e iOS. El método de reproducción no es accesible para legos, pero tampoco va dirigido al usuario corriente de Telegram.
Con todo, este paso que da Telegram es significativo para afianzar su credibilidad. Más incluso que la liberación del software que usan en sus servidores (por el mismo motivo que las compilaciones reproducibles: si no puedes comprobarlo…), una promesa que aún no han cumplido; aunque los clientes de escritorio siguen echando en falta la opción de chats secretos, que tampoco llega.
En otro orden de cosas, la nueva versión de Telegram se presenta con multitud de novedades en la forma de pequeñas mejoras: nuevas opciones de personalización en el editor de temas, nuevos temas predefinidos, retoques en la interfaz para mejorar la usabilidad, nueva opción que amplía los mensajes programados a cuando el remitente esté conectado, mejoras en la compartición de la ubicación, mejoras en la función de búsqueda, en la reproducción de audios, en el envío de contactos… Y un largo etcétera.
A destacar GmailBot, o cómo «mantenerte en contacto con tus familiares y amigos que están atrapados en el pasado». No es una novedad como tal, pero habrá que probarla: ¿enterrarán las apps de mensajería al correo? Porque aún no lo han hecho.
En resumen, Telegram comienza 2020 con una actualización repleta de novedades y aunque la más importante nadie la va a notar, marca la diferencia. El resto, miel para los fieles, a la espera de la próxima gran característica que les de por implementar. Y podría ser cualquier cosa, conociendo su trayectoria.
Saludos.
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