La compañía de Santa Clara ha vuelto a utilizar el proceso de 22 nm para fabricar el chipset H310C, una solución de bajo coste que irá montada en placas base de gama baja que serán compatibles con los procesadores Core 8000 de Intel (Coffee Lake), que como sabemos están fabricados en proceso de 14 nm++.
El proceso de 22 nm hizo su debut con la llegada de los procesadores Ivy Bridge de Intel, una generación que sucedió a Sandy Bridge y que llegó al mercado en 2012. Sí, esto quiere decir que el gigante del chip ha tenido que rescatar un proceso que ya tiene seis años encima, y todo para no tener que recurrir a productores externos (TSMC en este caso).
Core 8000: los precios suben, Intel no avanza
La dependencia que tiene Intel sobre su proceso de fabricación de 14 nm y sus esfuerzos infructuosos por dar el salto a los 10 nm están teniendo consecuencias muy graves. El precio de los procesadores Core serie 8000 no ha dejado de subir durante las últimas semanas hasta llegar a un nivel que podemos considerar como insostenible.
Para ilustrar mejor la situación vamos a recurrir de nuevo a ejemplos directos:
- Core i3 8100: costaba 104,99 euros, ahora vale 169,90 euros.
- Core i5 8400: costaba 167,99 euros, ha subido a 289,90 euros.
- Core i7 8700K: tenía un precio de 339,90 euros, ahora ha cuesta 449,90 euros.
En cualquier caso, y como hemos dicho en otras ocasiones, es una oportunidad de oro para AMD, que ofrece alternativas muy superiores en relación precio-rendimiento:
- Ryzen 3 1200 con cuatro núcleos por 81,90 euros.
- Ryzen 5 2600 con seis núcleos y doce hilos por 169,90 euros.
- Ryzen 7 2700 con ocho núcleos y dieciséis hilos por 299,90 euros.
Veremos cómo evoluciona la situación en general durante los próximos trimestres, pero de momento Intel no tiene más opción que ampliar su capacidad productiva para evitar que los precios lleguen a un punto totalmente prohibitivo.
Saludos.
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