Es verdad que cada vez más juegos requieren de una mayor cantidad de memoria gráfica para funcionar en sus configuraciones gráficas máximas, pero esto no quiere decir que no podamos disfrutar de una buena experiencia con una tarjeta gráfica equipada con 4 GB de memoria. Cada juego es un mundo, pero incluso en el peor escenario posible dicha cantidad de memoria nos permite jugar sin problemas en resoluciones 1080p y calidades muy altas en la mayoría de los casos.
DOOM Eternal es, sin duda, uno de los mejores exponentes de la importancia que ha adquirido la memoria gráfica. Cuando entramos al menú de configuración de ajustes podemos ver que la diferencia entre utilizar texturas en calidad media y en calidad máxima representa un aumento del consumo de más de 3 GB de memoria gráfica. Apabullante, pero es normal, ya que el motor gráfico que utiliza, el id Tech 7, tiene una fuerte dependencia de la carga de texturas para lucir en todo su esplendor.
Lo mismo ocurre, aunque de forma menos marcada, con otros títulos basados en el motor gráfico id Tech 6, como DOOM 2016 y las dos últimas entregas de la franquicia Wolfenstein. Su dependencia de la memoria gráfica es tan marcada que no solo puede limitarnos las opciones de configuración gráfica si no llegamos a un nivel determinado, sino que además puede afectar de forma notable al rendimiento.
¿Quiere esto decir que necesitamos una tarjeta gráfica con 8 GB de memoria gráfica para jugar en condiciones óptimas? Pues no, aunque es cierto que nos encontramos en una etapa de transición clara con Xbox Series X y PS5 a la vuelta de la esquina, y que si vamos a cambiar de tarjeta gráfica o a montar un nuevo PC es buena idea buscar modelos que tengan al menos 6 GB de memoria gráfica, ya que de lo contrario estaremos limitando su vida útil.
Este sencillo resumen nos ha permitido poner un poco de contexto a la situación que vivimos actualmente, pero queremos ayudaros a entender qué es exactamente la memoria gráfica, por qué es importante y cuánta necesitas realmente para jugar con garantías y sin problemas cuando se produzca la transición a la nueva generación de consolas.
¿Qué es y cómo funciona la memoria gráfica?
Podemos definir la memoria gráfica como un tipo de memoria especializada de alta velocidad que está integrada en forma de chips sobre el PCB de la tarjeta gráfica, y que cuenta con su propio bus de datos. En términos de frecuencia bruta este tipo de memoria es mucho más rápida que la memoria RAM convencional, ya que alcanza valores cercanos a los 16 GHz, mientras que aquella ronda los 5 GHz en el mejor de los casos. Con todo, ambas trabajan de una manera similar, ya que el concepto base de las dos es el mismo.
Esa especialización marca una diferencia muy importante en términos de rendimiento. Como hemos visto en el párrafo anterior la diferencia a nivel de frecuencias es enorme, ya que la memoria gráfica llega a triplicar la frecuencia de la memoria RAM, pero esto no es todo, también cuenta con su propio bus de datos y este es, en la mayoría de los casos, mayor que el que utiliza la RAM. La frecuencia de trabajo y el bus determinan el ancho de banda disponible, un valor que indica los GB/s que puede alcanzar una determinada configuración.
Por ejemplo, un PC con una configuración de 16 GB de RAM DDR4 en doble canal tendrá un bus de 128 bits y una frecuencia media de 3,2 GHz, ya que los módulos con frecuencias superiores son muy caros y no encajan en la gama media. Por contra, una tarjeta gráfica de gama media como la RTX 2070 Super o la RX 5700 XT utilizan memoria gráfica GDDR6 a 14 GHz y tienen un bus de 256 bits.
Modelos más discretos, como la GTX 1650 Super, utilizan memorias GDDR6 a 12 GHz y tienen un bus de 128 bits, mientras que los modelos más potentes, como la RTX 2080 Super, cuentan con memoria GDDR6 a 15,5 GHz y un bus de 256 bits. También existen modelos que utilizan otros tipos de memoria gráfica, como la HBM, que reduce la frecuencia de trabajo a valores de entre 1 GHz y 2,5 GHz pero lo compensan con un bus enorme que puede llegar, en algunos casos, a los 8.192 bits. Estas configuraciones son, sin embargo, muy caras y poco frecuentes.
De nuevo un ejemplo para entenderlo. La RTX 2070 Super, que suma 8 GB de GDDR6 a 14 GHz sobre un bus de 256 bits, tiene un ancho de banda de 448 GB/s, y la Radeon VII, que cuenta con 16 GB de memoria HBM2 a 2 GHz y un bus de 4.096 bits, tiene un ancho de banda de 1.024 GB/s. El ancho de banda determina el rendimiento de la memoria, pero la cantidad disponible es igual de importante, ya que si no llegamos al mínimo que necesita cada juego tendremos problemas.
La memoria gráfica está integrada (soldada) en la tarjeta gráfica, así que no podemos ampliarla. Por ello es importante asegurarnos de que el modelo que vamos a comprar cuenta con la cantidad necesaria para cubrir nuestras necesidades durante un periodo de tiempo razonable.
Para entender el trabajo que realiza la memoria gráfica es conveniente ponerla en contraposición con la memoria RAM, ya que esto nos permite daros una visión más clara y fácil de asimilar.
La RAM tiene como objetivo almacenar instrucciones, aplicaciones y procesos del sistema que ha completado el procesador, pero que puede volver a necesitar en algún momento. Si la RAM es muy lenta puede que el procesador sufra pequeños periodos de inactividad mientras espera a que esta complete las operaciones necesarias, y si tenemos una cantidad insuficiente la espera será mayor, ya que no podrá almacenar todos los datos e instrucciones necesarios, y deberán producirse ciclos de carga y de descarga de la RAM con relativa frecuencia.
Destiny 2 con calidad máxima y supersampling al 200%
Pues bien, lo mismo ocurre con la memoria gráfica, solo que esta es utilizada por la GPU. Este tipo de memoria almacena diferentes elementos que están asociados a trabajos gráficos específicos e imprescindibles para la GPU, como texturas y diferentes efectos. Si es muy lenta la GPU también afrontará esperas, y si no tenemos una cantidad suficiente tendremos problemas de rendimiento que pueden manifestarse de formas muy diversas, aunque las más habituales son la carga de texturas tardía («popping»), la desincronización de fotogramas y pérdidas de rendimiento.
La memoria gráfica no solo se utiliza cuando ejecutamos un juego, también es un recurso importante que utiliza el sistema operativo para cosas tan básicas como mantener la resolución de pantalla y la profundidad de color, y también para la ejecución de diferentes aplicaciones y programas, incluidas imágenes y vídeos.
Quizá alguno de nuestros lectores recuerde aquella época en la que 1 MB de memoria gráfica solo nos permitía llegar a 1.024 x 768 píxeles con 256 colores.
DOOM Eternal al máximo en 1440p
DOOM Eternal al máximo en 1080p
DOOM Eternal en 1080p con calidad media-alta
Bien, con esto claro estamos preparados para discutir cuánta memoria gráfica necesitamos realmente para jugar. Dado que cada juego tiene unas exigencias concretas no tenemos más remedio que dejaros una serie de recomendaciones medias, es decir, basadas en un balance medio de los requisitos que tienen los juegos actuales. Con todo, incluiremos matizaciones importantes en cada nivel para completar la información y para ayudaros a acertar.
- Resolución 900p e inferiores: tendremos más que suficiente con 2 GB de memoria gráfica de tipo GDDR5.
- Resolución 1080p: con 3 GB de memoria GDDR5 podremos jugar en calidades altas o muy altas sin problema, aunque en algunos casos tendremos que ajustar la calidad de las texturas a niveles medios. Lo ideal es contar como mínimo con 4 GB de memoria gráfica, aunque para jugar a algunos títulos en calidad máxima necesitaremos 6 GB de memoria GDDR5.
- Resolución 1440p: a partir de 4 GB de memoria GDDR5 podemos jugar con calidades altas sin problemas a casi cualquier juego actual, pero lo ideal es contar con 6 GB. Si queremos asegurar una buena experiencia a largo plazo contar con 8 GB es imprescindible.
- Resolución 2160p: es recomendable contar con 8 GB de memoria gráfica, aunque esta cantidad ya no supone una garantía absoluta de que podremos moverlo todo al máximo a medio y largo plazo.
En resoluciones 1440p una RTX 2060 con 6 GB o una Radeon RX 5600 XT con 6 GB nos permitirán disfrutar de una buena experiencia, pero si queremos, de nuevo, asegurar un buen ciclo de vida deberemos buscar modelos con 8 GB, como la RTX 2060 Super o la RX 5700. Finalmente, si vamos a jugar en 4K las RTX 2070 Super y RX 5700 XT con 8 GB de memoria gráfica entran dentro del mínimo recomendable.
Si tu tarjeta gráfica no tiene suficiente memoria gráfica y estás teniendo problemas para disfrutar de tus juegos favoritos pero no puedes actualizar a un modelo superior no te preocupes, en este artículo encontrarás toda la información que necesitas para reducir el consumo de memoria gráfica en juegos.
Ten en cuenta que algunos juegos, como Resident Evil 2 Remake y Resident Evil 3 Remake, exageran el consumo de memoria gráfica y muestran valores desmedidos e irreales. Al configurarlos con calidad máxima es fácil superar la barrera de los 10 GB de memoria gráfica. Si esto ocurre recibiremos un mensaje de alerta y veremos un indicador en rojo, pero no tenemos de qué preocuparnos. Si nuestra tarjeta gráfica tiene un mínimo de potencia podremos jugar sin problemas.
Saludos.
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