Microsoft lleva dándole vueltas al menú de inicio de Windows 10 desde el lanzamiento del sistema operativo hace cinco años. Y es sorprendente que este importante componente no esté resuelto convenientemente teniendo en cuenta que el de Windows 7 era simplemente excelente y contentaba a todo tipo de usuario.
El problema viene de tiempo atrás, del fiasco de Windows Mobile y de la fallida estrategia para producir un sistema operativo más adaptado a dispositivos móviles con pantallas táctiles que al escritorio. Así llegó Windows 8, sin el menú de inicio y con una interfaz terrible, que se empeñó en cambiar conceptos que funcionaban y que por no tener, no tenía ni un botón de apagado/reinicio del sistema.
Microsoft intentó solucionarlo en Windows 10 devolviendo este menú como híbrido entre el clásico de Windows 7 y la pantalla de inicio de Windows 8, añadiendo un marco propio para aplicaciones Modern UI. Tampoco funcionó, principalmente por la insistencia de Microsoft con los tiles interactivos. Un componente que funcionaba muy bien en smartphones o tablets con Windows, pero al que es difícil verle utilidad en ordenadores sin pantalla táctil.
El resultado es que sigue sin gustar a una buena parte de usuarios que no lo usan y prefieren un diseño más limpio, ligero y sin nada que huela a la interfaz de Windows 8. Seguimos preguntándonos ¿es tan difícil coger el diseño de Windows 7 y modernizarlo?
El menú de inicio de la última versión de Windows 10 está lejos del horrible de Windows 8 en interfaz, usabilidad y personalización, pero aún así no ha terminado de gustar a todos los usuarios que reclamaban a Microsoft algo más cercano a lo que ofreció Windows 7. Microsoft está preparando un nuevo intento. Está inspirado en el de Windows 10X, donde se ha eliminado por completo los mosáicos «Live Tiles».
Más limpio, ligero, elegante e integrado con el resto de la interfaz. Mantiene los mosaicos interactivos por defecto, ya que como dijo Brandon LeBlanc, el gerente senior de programas en Microsoft, «habían llegado para quedarse». La diferencia es que los usuarios que lo deseen podrán deshabilitar estos «Live Tiles», transformándolos en iconos estáticos.
Una solución adecuada para los que quieran usarlos y los que no.
El menú incluye los nuevos iconos para el sistema. Muy bien diseñados, estos sí nos gustan. Dejan atrás los diseños planos y colores apagados a favor de un acabado más moderno y atractivo, que apuesta por la profundidad, gradaciones, colores vibrantes y movimiento. Los hemos ido viendo en distintas áreas del sistema, en la interfaz, la barra de tareas, el navegador Edge y por supuesto también al menú de inicio de Windows 10.
Otra de las mejoras llega de la integración con los modos oscuro y claro disponible en el sistema, más uniforme, y hay diferentes ajustes en todo el menú, incluyendo en la parte izquierda de la lista de aplicaciones.
No se conoce cuando estará disponible el menú de inicio de Windows 10. Microsoft sigue «explorando» este rediseño, que esperamos sea el definitivo y se incorpore en próximas versiones del sistema. Teniendo en cuenta que Windows 10 20H2 será tan solo un service pack, quizá veamos su implementación completa en la actualización de primavera de 2021.
Saludos.
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